EL COMPAÑERO TOXICO
Seguro que al leer el titulo ya te ha venido alguien a la cabeza, ¿verdad? Partimos de la base que quejarse es humano, las quejas nos han dado avances sociales como la jornada laboral de 8 horas, las vacaciones, las oficinas del consumidor…pero como todo en la vida hay que quejarse con medida y ya que vamos a quejarnos, quejémonos bien. Alguno me vendrá con aquello de “quien no llora, no mama” pero enfoquemos nuestra queja siempre y démosle un talante constructivo: admito quejas si a la vez me traes una posible solución. La queja es como el vino, un vaso al día es bueno, lo malo es emborracharte y en nuestros días es habitual tener amigos, familiares o compañeros de trabajo que hacen de la queja su bandera. Ese compañero que pierde el tiempo criticando decisiones vengan de donde venga, suele ser el más listo de la oficina, aunque nunca pone en práctica sus geniales ideas y el jefe – como el profe en el cole – le tiene manía. Hay espacios físicos donde la energía negativ