LA TEORÍA DE LA MANTA


Fue hace muchos años en un refugio de montaña del pirineo navarro, era un chaval con los problemas típicos de la adolescencia, pero allí descubrí otro, mi altura (187 cm) era un nuevo problema. Sentía frio y la manta no me llegaba a cubrir entero, de modo que, si me la subía, mis pies quedaban al descubierto, y si me tapaba los pies el frio entraba por el cuello.
Es una simple anécdota, que recuerdo muchas veces que me enfrento a un problema y al que decidí llamar “La teoría de la manta” (creo que se usaba en el futbol para explicar el desequilibrio entre defensa y ataque) como hago con el título de esta entrada en este blog que, aunque lleva meses creado, hoy me atrevo a estrenar en pleno confinamiento.
Después de cinco semanas encerrados, ya se empieza a hablar de una salida escalonada. Una salida tan necesaria psicológica como económicamente y se empiezan a vislumbrar los nuevos escenarios post-covid19, dando por hecho que habrá repuntes en el contagio y que la vacuna o el tratamiento efectivo tardará en llegar. Yo me atreveré aquí a escribir algún vaticinio y el tiempo me juzgará.
En España se ha pasado de un 4% al 68% de teletrabajadores, como dice un amigo mío: “vamos a aprender a hostias”, está claro que se volverá a fábricas y oficinas más pronto que tarde, pero el porcentaje final de teletrabajo subirá y mucho. Habrá quién no consiga nunca saber teletrabajar – con la dificultad añadida de estar con niños en casa – y otros muchos se adaptarán, pero aquí llega el primer dilema de mi teoría: muchos trabajos en remoto pueden deslocalizarse, es decir, habrá despidos porque ese trabajo se podrá hacer en Perú, Hungría o en la India por un coste mucho menor.
Además, los Estados y las fronteras se han fortalecido con la crisis, así que se valorarán más los productos estratégicos (sorprende depender de China e India para tener algo tan básico como el paracetamol) y por tanto habrá si o si un proceso de reindustrialización, pero basado en la tecnología y en la robótica y por tanto siendo muy poco intensivo en personal productivo.
Aquí es donde entra mi teoría de lleno, un par de consecuencias de la pandemia que parecen buenas, teletrabajo y reindustrialización, pueden tener un efecto negativo si es el capital quien decide basándose en la autorregulación del mercado. Esta previsible situación creo que justifica la renta mínima garantizada que se está anunciando, en la Comunidad Autónoma Vasca hace 31 años que existe la renta de garantía de ingresos (RGI) con demostrado éxito. Se trata de complementar rentas para que todo ciudadano tenga unas condiciones mínimas y dignas de vida, además de contribuir a la paz social movería la economía ya que mantiene el consumo interno. No entiendo a quienes la denigran de forma populista aquí, que encima son los mismos que admiran a Trump que acaba de hacer algo parecido en EE. UU. Una renta mínima de garantía, que no incentive dejar de estar activo, debe venir para quedarse ya que los nuevos trabajos que surjan de localizar la producción se los llevará la deslocalización de otros muchos.
Resumiendo, veremos “cómo nos tapamos” si a pesar de desglobalizar la industria, globalizamos los servicios…el tiempo lo dirá.



Comentarios

  1. Me ha parecido muy interesante la reflexión sobre el teletrabajo multilocalizado internacionalmente. Felicidades por el post!

    Aritz Gartzia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Aritz! Conocí un caso hace años en una conocida multinacional, un soporte contable en un departamento financiero que aquí costaba 2.000€/mes lo llevaron a Budapest por 600€. Se me habia olvidado, pero la nueva situación me lo trajó a la cabeza y temo una deslocalización de servicios, agradezco tu comentarios, saludos.

      Eliminar
    2. Genial ejemplo... Lo que está claro es que los profesionales estamos adquiriendo nuevas habilidades para poder trabajar en remoto. Yo personalmente ya me he acostumbrado... Aunque echo de menos estar con el equipo, las reuniones con colaboradores, proveedores y clientes. El tú a tú es innegociable... Un saludo Mikel

      Aritz Gartzia

      Eliminar
  2. Si hay algo sobre lo que deberíamos reflexionar, y que muy bien apuntas en tu artículo de “la manta”, es sobre la deslocalización industrial, algo muy distinto al teletrabajo. Se ha demostrado la fortaleza y tenacidad de nuestra industria, por si alguien no lo tenía claro. Debemos protegerla y desarrollarla más. Después de esta pandemia ¿ todavía pensamos que China debe seguir siendo la factoría del mundo? Los que provocan el virus, paran nuestra producción por la falta de piezas importadas y además son quienes nos deben de proveer de material sanitario imprescindible. ¿Somos completamente dependientes de China? No me lo puedo creer. Es un sin sentido.
    Debemos volver en la medida de lo posible a la fabricación local. Fortalecer nuestra industria. Fabricar con artículos de altas prestaciones y asumir como consumidores que deben ser mas caros por su mejor calidad y su fabricación nacional.
    Gracias Mikel, me gustó leer tu blog. Saludos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¡ CUIDADO! IRRESPONSABLES TRABAJANDO (D.E.P. QUINO)

PRECARIEDAD LABORAL Y COVID19